viernes, 27 de febrero de 2015

Un festival de artesanía sostenible



Esa es la idea de COCOMARKET, una mezcla entre mercado y festival que en 2014 celebró su sexta edición, y que este año promete volver con la misma filosofía: dar a conocer al gran público la artesanía sostenible. Lo cierto es que cada vez son más quienes apuestan por comprar productos marcados por un toque especial, handmade, lejos de la producción de masas, y este evento celebrado en Madrid (en su última edición, en octubre) recoge esa tendencia.

Podemos definir COCOMARKET como un verdadero punto de encuentro de todas las marcas que apuestan por lo sostenible, la reutilización y el consumo responsable, tres conceptos que, como sabéis los que seguís habitualmente este blog, me encantan. La idea es concienciar a los visitantes sobre la importancia del reciclaje y la reutilización, demostrando que se pueden conseguir objetos bellos y muy originales sin necesidad de usar y tirar todo aquello con lo que nos encontramos. COCOMARKET también fomenta el comercio local, la artesanía y, en suma, el consumo de objetos únicos hechos a mano. Comparto completamente su filosofía de reducir el consumo masivo y reivindicar el movimiento slow, del que os hablaba en mi post del miércoles a través de la moda. En COCOMARKET podréis encontrar a diseñadores, artistas y marcas que han hecho del consumo responsable su bandera. 


Además de lo que son los expositores en sí, que ofrecen productos tan variados como manualidades o velas, el evento acoge actividades paralelas que van dirigidas tanto a adultos como a pequeños, haciendo que se trate de una buena alternativa de ocio familiar. El año pasado, por ejemplo, entre los talleres incluidos se encontraron los de scrapbooking, creación de miniálbumes de fotos o dioramas hechos con material reciclado, así como otras acciones formativas de customización creativa de ropa o decoración de camisetas. También se impartieron formaciones sobre consumo responsable.
Quienes queráis acercaros a conocer la iniciativa pero  no dispongáis de mucho presupuesto, tranquilos, porque COCOMARKET también tiene propuestas gratuitas: proyecciones de cortos y películas, charlas y hasta exposiciones.

La séptima edición del COCOMARKET ya tiene fecha: se celebrará del 22 al 24 de mayo en el Espacio Ciento y Pico de la calle Velarde, de Madrid. Como en ediciones anteriores, el espacio se dividirá en tres partes bien diferenciadas: la zona market propiamente dicha, con marcas de decoración, moda, niños y accesorios…, siempre cuidando que sean respetuosas con el medio ambiente por sus materias primas, procesos de producción o trabajo con proveedores locales; la zona de food and drink, para tomarse un respiro degustando alimentos ecológicos y batidos naturales, y la zona de actividades, donde se podrán encontrar desde exposiciones de arte reciclado hasta actuaciones musicales, recitales de poesía, charlas o proyecciones. 

El evento no tiene web oficial, pero la información más completa sobre el mismo y sus  novedades se difunde a través de la empresa que organiza todo el festival, http://elherviderodeideas.com/. Allí podréis ir enterándoos de las actividades concretas programadas para este año y de las últimas noticias del COCOMARKET. Por mi parte no me queda más que recomendaros que anotéis en vuestras agendas sus fechas de celebración, pues es una buena excusa para acercarse a Madrid o para los que como yo vivís aquí, para cambiar por unos días el consumismo de la gran ciudad y plantearse que hay otras maneras, más sostenibles y responsables, de relacionarnos con el mundo que nos rodea. Vivir de un modo más ecológico no sólo es posible sino que, con el COCOMARKET, se vuelve además tremendamente cool. Yo voy a estar allí. ¿Y vosotros, os animáis a asumir el reto del consumo responsable?

jueves, 26 de febrero de 2015

Feng shui, buena energía en tu casa



Mi post de hoy va dedicado a una filosofía llegada desde China, que puede aplicarse en nuestras casas para lograr mejorar nuestra paz interior y nuestro bienestar a través de la decoración. Seguro que habéis oído hablar en multitud de ocasiones del Feng Shui. En este artículo quiero presentaros brevemente este concepto y, sobre todo, explicaros algunos tips básicos que podéis aplicar al interior de vuestro hogar para mejorar vuestra vida diaria. Me encanta esta filosofía porque  muchos de sus principios, como aprovechar la luz natural, usar plantas… concuerdan perfectamente con mi gusto por lo eco.

El Feng Shui, explicado en pocas palabras, es una filosofía oriental milenaria que, aplicada a los hogares, pretende conseguir que la fortuna y la buena suerte entren en ellos mediante la consecución de hogares equilibrados y armoniosos.  Pese a que se trata de una técnica milenaria, cada día está más de moda en decoración, por lo que podéis unir a un tiempo bienestar y tendencia. ¿Qué más se puede pedir?



El Feng Shui, considerado para muchos una ciencia, intenta canalizar las energías para producir equilibrio en un hogar. Por ello, cuestiones como la distribución del mobiliario, los colores usados y hasta la ubicación del edificio son esenciales. Realmente, conseguir una casa idónea según los principios del Feng Shui es algo bastante complejo. No basta con leerse un libro para tener éxito a la hora de aplicarlo. Por eso, aquí quiero partir de un objetivo mucho menos ambicioso, y presentaros simplemente algunos pequeños detalles que esta filosofía recomienda, para que podáis aplicarlos a vuestro hogar de una manera muy simple y conseguir incrementar vuestro bienestar en él. No me voy a detener en aquellos aspectos, como la orientación del edificio, que son imposibles de aplicar cuando ya tenemos una casa comprada o alquilada, sino en otros elementos mucho más sencillos y fáciles de poner en práctica:

Para empezar, intenta evitar en la medida de lo posible en la decoración los objetos agudos  y afilados, como mesas cuadradas, exceso de vigas y columnas… Al contrario, el Feng Shui recomienda los objetos redondeados y en espiral, que permiten que la energía fluya. Si ya has comprado el mobiliario y tienes un exceso de mesas cuadradas o rectangulares, que no cunda el pánico: puedes colocar sobre ellas objetos redondos que las suavicen. La limpieza y el orden son muy importantes para este movimiento, que también aconsejan perfumar la casa con aromas naturales e inciensos. Los espejos nunca deben estar alineados con puertas y ventanas, a no ser que justo delante de la vista exista un bello paisaje que permita atraer para el hogar la energía benigna de la naturaleza. Tampoco deberían colocarse espejos en la puerta principal ni en los dormitorios, pues podrían perjudicar el descanso. Si ya hay alguno en alguno de estos lugares, cúbrelos durante la noche.  Otro consejo para el dormitorio: el colchón debe de ser de una sola pieza y evitando los metales en la cama o en su cabecero. La madera tiene que ser un elemento siempre presente en la zona de descanso, en la que la cama debe situarse en el centro. Colocar un baúl, un puf o una alfombra como protectores de los pies de la cama se considera un elemento de gran importancia. 

Los colores constituyen una de la parte esencial de la filosofía Feng Shui, que recomienda que en el dormitorio las tonalidades predominantes sean relajantes, como el azul, los beige y, en general, los tonos claros, mientras que para la sala de estar aconseja optar por verdes, rojos y amarillos. Cuando se habla de colores no se refiere únicamente al tono de las paredes, sino en general al de todos los objetos colocados en una estancia.

Como veis, con pequeños detalles pueden conseguirse grandes resultados así que, os animo a introducir estas sencillas modificaciones en vuestros hogares para ver el resultado.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Slow fashion, una apuesta por la moda sostenible



Vivimos en un mundo en el que todo se consume y se tira con rapidez. Incluso la ropa. Los vaqueros que nos compramos un invierno perecen el siguiente, o incluso antes, sustituidos por  nuevos cortes, estampados más actuales, tejidos recién llegados de la última pasarela. Pero no todo el mundo se apunta a esta corriente. Dentro del “slow movement” o “movimiento lento”, cuya rama quizás más conocida sea la de la “slow food”, hay otra tendencia aplicada justamente a la moda, que se conoce como “slow fashion”, justamente, “moda lenta” o “moda tranquila”. 



El término es muy reciente: fue acuñado en 2007 por Kate Fletcher, del Centre for Sustainable Fashion, en Reino Unido, y lo que pretende justamente es definir un movimiento de moda sostenible, opuesto a las tendencias efímeras y como contraposición a la ropa producida en masa. Hay diferentes maneras de practicar la slow fashion, desde la oposición y boicot a la moda producida masivamente por las grandes multinacionales, hasta la elección de productos artesanales que apoyen a pequeños negocios y al comercio justo. Otra manera de practicar esta tendencia es optar por comprar ropa de segunda mano o vintage (donando la que ya no se usa), elegir ropa hecha con telas sostenibles o recicladas y elegir prendas de calidad que por tanto van a durar más tiempo, se pueden reparar y no implican un reconsumo constante. En general, la idea es alargar todo lo posible el ciclo de la ropa, reparándola o personalizándola, para así reducir el consumo de la misma: comprar menos prendas y con menor frecuencia. Lo eco y lo artesano son, pues elementos fundamentales de esta tendencia. 

 “Calidad sobre cantidad” es la consigna básica. Y la calidad no se centra únicamente en la durabilidad, sino en otro aspecto que me encanta: el respeto al medio ambiente mediante la selección de materias primas orgánicas y éticas, favoreciendo las tradiciones y modos de producción locales.
La slow fashion no lo tiene fácil en un mundo en el que los consumidores se han adaptado a las estrategias de las grandes cadenas, que en ocasiones ofrecen hasta 15 cambios de temporada por año, trabajando y fomentando por tanto ciclos de consumo muy cortos, un carrusel de ropa en constante funcionamiento. En países como Reino Unido, la gente ha aumentado un tercio su consumo de ropa (casi siempre barata), que a menudo dura menos de un año en los armarios. 

No obstante, cada vez son más los diseñadores slow fashion, íntimamente conectados no sólo con su trabajo, sino también con una manera de entender la moda, en base a procesos artesanales y en pequeñas series, y que su vez intentan que los consumidores se involucren en una relación más duradera con su propia ropa. El producto va ligado a una especial emotividad, de manera que el usuario sienta aprecio hacia sus prendas y por tanto decida conservarlas durante más tiempo. 



La norteamericana Donna Karan ha sido uno de los nombres más conocidos que se ha apuntado a esta tendencia, que en España tiene al proyecto Medwinds como uno de sus puntales más destacados: su filosofía, disfrutar de la ropa de un modo sosegado, con productos de ropa confeccionados en pequeños talleres del Mediterráneo, un mar del que aprovecha también el estilo de vida: no al estrés y la prisa y sí a la calma, al saborear cada momento. De la misma isla que Medwinds, Mallorca, es la diseñadora Rosa Esteva, responsable de la firma Cortana, que también se caracteriza por los acabados artesanales y la gran calidad de sus tejidos. Esteva busca contactar con los sentidos y emociones a través de la moda, lo que se transforma en prendas capaces de vencer el paso del tiempo, que envejecen bien. 

Fotos de Guto Bernardo. 

martes, 24 de febrero de 2015

Compra con arte y ayudando a otras mujeres



Quiero comenzar mi semana en este blog hablándoos de un proyecto que me ha enamorado, pues combina arte, artesanía y consumo responsable. Se trata de Viva la Woolf, que se autodefine como  "shopfunding con perspectiva de género". O lo que es lo mismo, una mezcla entre compras y fundación que pretende que comprar se convierta en algo más que una transacción económica, haciendo factibles proyectos de mujeres muy creativas y que han decidido montrar sus propios proyectos empresariales. Lo consiguen añadiendo un 5% extra al precio fijado por las vendedoras, que se destina íntegramente a la Fundación Siglo 22, comprometida con la igualdad de género. Una vez que haya suficiente fondos acumulados, se abrirá un plazo para la presentación de proyectos que necesiten de financiación, y los más votados recibirán de la Fundación Siglo 22 un microcrédito para su puesta en marcha. La creadora de toda la idea es Trini Moreno Cobos, una mujer que desde hace años trabaja por la igualdad a todos los niveles. Es también la creadora de otra propuesta, Mujeres con habitación propia, una comunidad que ya cuenta con más de 350 integrantes a nivel nacional e internacional. 





Pero si os quiero recomendar también Viva la Woolf, cuya web por cierto es http://www.vivalawoolf.com/, es porque me encanta su selección de productos, en base a un criterio de emprendimiento femenino y de favorecer lo artesano y hecho a mano. Actualmente cuenta con 22 creadoras, de las que se pueden comprar diversos productos, desde moda hasta decoración, muchos de ellos diseñados y pensados con especial atención a las mujeres. Cuando cualquiera les compra un producto se convierte en micromecenas, pues las ayuda en la fase inicial de sus proyectos, para ponerlos en marcha. Os voy a presentar algunos, para que veáis que ese concepto de unir arte y artesanía, que tanto me encanta, está muy presente en gran parte de ellos:

“Un sueño en mi desván”, por ejemplo, se especializa en decorar cajas de madera y costureros totalmente a mano, con diversas técnicas decorativas, desde el decoupage hasta el scrapbook, tan de moda actualmente. Puedes pedir el diseño y los colores que desees y se te ofrecerá de manera completamente personalizada.

“Isedas” es el proyecto personal de Inma Mañes, licenciada en Bellas Artes que decidió centrar su carrera profesional en el tratamiento pictórico de la seda. Actualmente crea piezas únicas y exclusivas desde cero, para convertir la seda blanca en un producto tintado y cosido completamente a mano por expertas costureras. 

Pensando en las nuevas  mamás que huyen de convencionalismos y no quieren que los productos ligados a la maternidad sean necesariamente de colores y estampados clásicos, Rosana Téllez y María Elena Zárate crearon “RosBags”, un proyecto que ofrece una serie de bolsos cambiadores totalmente fabricados en España que se caracterizan por su practicidad y evitan lo “ñoño”. 

Otra de las propuestas de Viva la Woolf son las sudaderas, bolsos y camisetas de “Dolça Candela”, todas hechas a mano en vivos colores y cada una con su propio deseño. La originalidad aquí está garantizada.

Y dejo para el final a una de mis favoritas, porque en su trabajo se mezcla especialmente el arte y la creación de productos de uso cotidiano, ese binomio que adoro: Sonia Sempere, centrada en la pintura a mano de telas y prendas, sintiendo, como ella misma afirma, “que son cuerpos vivos”. Cuevas con árboles, bosques y selvas, ramas… El mundo vegetal inunda sus creaciones, fundamentalmente tazas y complementos para el hogar que parecen tener vida propia. 



Ya sabes, cuando dudes qué comprar para un regalo o como capricho propio, la web de Viva la Woolf es una buena opción para realizar compras con arte y ayudando a otras mujeres.


jueves, 19 de febrero de 2015

Reciclar viejas tazas



La propuesta de hoy es de lo más eco y original a la vez: os invito a rebuscar tazas monocromáticas que ya no utilicéis y decorarlas con motivos ajustados al estilo de vuestra cocina o a vuestros gustos personales. Vamos, un “do it yourself” en toda regla y muy, muy sencillo de hacer, pues solamente necesitareis unos rotuladores para porcelana, un lápiz y por supuesto las tazas. Como veis, un recurso muy barato y que, además, puede ser especialmente útil para pasar una tarde familiar, entre amigos o con niños pequeños practicando manualidades.

Lo fundamental antes de ponerse manos a la obra es tener claro los dibujos que vamos a plasmar, pues será luego difícil rectificar una taza mal pintada. Hay muchos estilos posibles para vuestras tazas. Yo personalmente, como amante de lo eco que soy, optaría por diseños ligados a la naturaleza: un pequeño árbol, una hojita, una rama de lavanda, un insecto o cualquier otro animalito… Todo depende mucho, obviamente, de vuestras habilidades pictóricas. Otro estilo que ha alcanzado bastante renombre en los últimos tiempos, ligado a un tipo de decoración buenrollista y con un punto de inocencia, es el Kawaii, que en japonés viene a significar algo así como “adorable” o “encantador”, y que puede emplearse como filosofía para crear unos dibujos muy sencillos marcados por la positividad. Otra opción más simple pero siempre socorrida, sobre todo si las tazas van a ir destinadas a niños, es personalizar la taza con sus nombres respectivos. Mas original es poner en la taza una frase de cabecera de la persona en cuestión o un objeto que se vincule con los gustos o profesión de su poseedor o poseedora: un disco de vinilo para los amantes de la música, una cup cake para un pastelero… Las posibilidades son infinitas y dependen de vuestra imaginación. Incluso pueden realizarse motivos específicos dependiendo de la fecha, como un árbol de Navidad cuando se acerca diciembre o un retrato cuando esta próximo en el calendario el día de la madre o del padre. En caso de que estéis faltos de ideas, en Internet existen múltiples ejemplos decorativos en os que inspiraros.

Una vez seleccionados los dibujos que vamos a hacer, el proceso es muy simple: en primer lugar hacemos una especie de boceto con el lápiz y una vez efectuado, lo repasamos con los rotuladores para porcelana. Por supuesto, en función de los colores de dichos rotuladores y de la pericia del dibujante es posible crear composiciones más o menos elaboradas. 


Sin duda la de pintarlas es la opción más sencilla para reciclar vuestras tazas. Pero si tenéis especial maña con las manualidades las opciones se multiplican: las tazas pueden usarse, con un agujero en su base y una mecha, como portavelas;  cortadas a la mitad su asa puede emplearse para colgar llaves en el recibidor de vuestro hogar; si tenéis tacitas pequeñas, de café, podéis pegar algunas en un reloj de pared para darle un toque muy original, mientras que las más grandes, en una opción que me gusta especialmente, pueden ser empleadas como macetas para mini plantas. 

Y aunque en este post os estoy hablando exclusivamente de tazas, las opciones pueden extenderse a muchos otros elementos de la vajilla: si por ejemplo tenéis una sopera o platos a juego con las tazas, podéis darles una vida nueva a todo el conjunto. Incluso es posible decorar con pintura cubiertos de porcelana para aportarles una nueva vida o conseguir, por ejemplo, que dejen de ser monocromáticos para convertirlos en objetos plagados de color que vuestros hijos adoraran. Por mi parte solamente os puedo decir que experimentéis todo lo posible, porque seguro que el resultado merece la pena.