Mi post de hoy va dedicado a una filosofía llegada desde
China, que puede aplicarse en nuestras casas para lograr mejorar nuestra paz
interior y nuestro bienestar a través de la decoración. Seguro que habéis oído
hablar en multitud de ocasiones del Feng Shui. En este artículo quiero
presentaros brevemente este concepto y, sobre todo, explicaros algunos tips
básicos que podéis aplicar al interior de vuestro hogar para mejorar vuestra
vida diaria. Me encanta esta filosofía porque
muchos de sus principios, como aprovechar la luz natural, usar plantas…
concuerdan perfectamente con mi gusto por lo eco.
El Feng Shui, explicado en pocas palabras, es una filosofía
oriental milenaria que, aplicada a los hogares, pretende conseguir que la
fortuna y la buena suerte entren en ellos mediante la consecución de hogares
equilibrados y armoniosos. Pese a que se
trata de una técnica milenaria, cada día está más de moda en decoración, por lo
que podéis unir a un tiempo bienestar y tendencia. ¿Qué más se puede pedir?
El Feng Shui, considerado para muchos una ciencia, intenta
canalizar las energías para producir equilibrio en un hogar. Por ello,
cuestiones como la distribución del mobiliario, los colores usados y hasta la
ubicación del edificio son esenciales. Realmente, conseguir una casa idónea
según los principios del Feng Shui es algo bastante complejo. No basta con leerse
un libro para tener éxito a la hora de aplicarlo. Por eso, aquí quiero partir de un objetivo mucho
menos ambicioso, y presentaros simplemente algunos pequeños detalles que esta
filosofía recomienda, para que podáis aplicarlos a vuestro hogar de una manera
muy simple y conseguir incrementar vuestro bienestar en él. No me voy a detener
en aquellos aspectos, como la orientación del edificio, que son imposibles de
aplicar cuando ya tenemos una casa comprada o alquilada, sino en otros
elementos mucho más sencillos y fáciles de poner en práctica:
Para empezar, intenta evitar en la medida de lo posible en
la decoración los objetos agudos y
afilados, como mesas cuadradas, exceso de vigas y columnas… Al contrario, el
Feng Shui recomienda los objetos redondeados y en espiral, que permiten que la
energía fluya. Si ya has comprado el mobiliario y tienes un exceso de mesas
cuadradas o rectangulares, que no cunda el pánico: puedes colocar sobre ellas
objetos redondos que las suavicen. La limpieza y el orden son muy importantes
para este movimiento, que también aconsejan perfumar la casa con aromas
naturales e inciensos. Los espejos nunca deben estar alineados con puertas y ventanas,
a no ser que justo delante de la vista exista un bello paisaje que permita atraer
para el hogar la energía benigna de la naturaleza. Tampoco deberían colocarse
espejos en la puerta principal ni en los dormitorios, pues podrían perjudicar
el descanso. Si ya hay alguno en alguno de estos lugares, cúbrelos durante la
noche. Otro consejo para el dormitorio:
el colchón debe de ser de una sola pieza y evitando los metales en la cama o en
su cabecero. La madera tiene que ser un elemento siempre presente en la zona de
descanso, en la que la cama debe situarse en el centro. Colocar un baúl, un puf
o una alfombra como protectores de los pies de la cama se considera un elemento
de gran importancia.
Los colores constituyen una de la parte esencial de la
filosofía Feng Shui, que recomienda que en el dormitorio las tonalidades
predominantes sean relajantes, como el azul, los beige y, en general, los tonos
claros, mientras que para la sala de estar aconseja optar por verdes, rojos y
amarillos. Cuando se habla de colores no se refiere únicamente al tono de las
paredes, sino en general al de todos los objetos colocados en una estancia.
Como veis, con pequeños detalles pueden conseguirse grandes
resultados así que, os animo a introducir estas sencillas modificaciones en
vuestros hogares para ver el resultado.
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