La propuesta de hoy es de lo más eco y original a la vez: os
invito a rebuscar tazas monocromáticas que ya no utilicéis y decorarlas con
motivos ajustados al estilo de vuestra cocina o a vuestros gustos
personales. Vamos, un “do it yourself” en toda regla y muy, muy sencillo de
hacer, pues solamente necesitareis unos rotuladores para porcelana, un lápiz y
por supuesto las tazas. Como veis, un recurso muy barato y que, además, puede
ser especialmente útil para pasar una tarde familiar, entre amigos o con niños
pequeños practicando manualidades.
Lo fundamental antes de ponerse manos a la obra es tener
claro los dibujos que vamos a plasmar, pues será luego difícil rectificar una
taza mal pintada. Hay muchos estilos posibles para vuestras tazas. Yo personalmente,
como amante de lo eco que soy, optaría por diseños ligados a la naturaleza: un
pequeño árbol, una hojita, una rama de lavanda, un insecto o cualquier otro
animalito… Todo depende mucho, obviamente, de vuestras habilidades pictóricas. Otro
estilo que ha alcanzado bastante renombre en los últimos tiempos, ligado a un
tipo de decoración buenrollista y con un punto de inocencia, es el Kawaii, que
en japonés viene a significar algo así como “adorable” o “encantador”, y que
puede emplearse como filosofía para crear unos dibujos muy sencillos marcados
por la positividad. Otra opción más simple pero siempre socorrida, sobre todo si
las tazas van a ir destinadas a niños, es personalizar la taza con sus nombres
respectivos. Mas original es poner en la taza una frase de cabecera de la
persona en cuestión o un objeto que se vincule con los gustos o profesión de su
poseedor o poseedora: un disco de vinilo para los amantes de la música, una cup
cake para un pastelero… Las posibilidades son infinitas y dependen de vuestra imaginación.
Incluso pueden realizarse motivos específicos dependiendo de la fecha, como un árbol
de Navidad cuando se acerca diciembre o un retrato cuando esta próximo en el calendario el día de
la madre o del padre. En caso de que estéis faltos de ideas, en Internet
existen múltiples ejemplos decorativos en os que inspiraros.
Una vez seleccionados los dibujos que vamos a hacer, el
proceso es muy simple: en primer lugar hacemos una especie de boceto con el lápiz
y una vez efectuado, lo repasamos con los rotuladores para porcelana. Por supuesto,
en función de los colores de dichos rotuladores y de la pericia del dibujante es
posible crear composiciones más o menos elaboradas.
Sin duda la de pintarlas es la opción más sencilla para
reciclar vuestras tazas. Pero si tenéis especial maña con las manualidades las
opciones se multiplican: las tazas pueden usarse, con un agujero en su base y
una mecha, como portavelas; cortadas a
la mitad su asa puede emplearse para colgar llaves en el recibidor de vuestro
hogar; si tenéis tacitas pequeñas, de café, podéis pegar algunas en un reloj de
pared para darle un toque muy original, mientras que las más grandes, en una opción
que me gusta especialmente, pueden ser empleadas como macetas para mini
plantas.
Y aunque en este post os estoy hablando exclusivamente de
tazas, las opciones pueden extenderse a muchos otros elementos de la
vajilla: si por ejemplo tenéis una sopera o platos a juego con las tazas, podéis
darles una vida nueva a todo el conjunto. Incluso es posible decorar con
pintura cubiertos de porcelana para aportarles una nueva vida o conseguir, por
ejemplo, que dejen de ser monocromáticos para convertirlos en objetos plagados
de color que vuestros hijos adoraran. Por mi parte solamente os puedo decir que
experimentéis todo lo posible, porque seguro que el resultado merece la pena.
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