jueves, 19 de febrero de 2015

Reciclar viejas tazas



La propuesta de hoy es de lo más eco y original a la vez: os invito a rebuscar tazas monocromáticas que ya no utilicéis y decorarlas con motivos ajustados al estilo de vuestra cocina o a vuestros gustos personales. Vamos, un “do it yourself” en toda regla y muy, muy sencillo de hacer, pues solamente necesitareis unos rotuladores para porcelana, un lápiz y por supuesto las tazas. Como veis, un recurso muy barato y que, además, puede ser especialmente útil para pasar una tarde familiar, entre amigos o con niños pequeños practicando manualidades.

Lo fundamental antes de ponerse manos a la obra es tener claro los dibujos que vamos a plasmar, pues será luego difícil rectificar una taza mal pintada. Hay muchos estilos posibles para vuestras tazas. Yo personalmente, como amante de lo eco que soy, optaría por diseños ligados a la naturaleza: un pequeño árbol, una hojita, una rama de lavanda, un insecto o cualquier otro animalito… Todo depende mucho, obviamente, de vuestras habilidades pictóricas. Otro estilo que ha alcanzado bastante renombre en los últimos tiempos, ligado a un tipo de decoración buenrollista y con un punto de inocencia, es el Kawaii, que en japonés viene a significar algo así como “adorable” o “encantador”, y que puede emplearse como filosofía para crear unos dibujos muy sencillos marcados por la positividad. Otra opción más simple pero siempre socorrida, sobre todo si las tazas van a ir destinadas a niños, es personalizar la taza con sus nombres respectivos. Mas original es poner en la taza una frase de cabecera de la persona en cuestión o un objeto que se vincule con los gustos o profesión de su poseedor o poseedora: un disco de vinilo para los amantes de la música, una cup cake para un pastelero… Las posibilidades son infinitas y dependen de vuestra imaginación. Incluso pueden realizarse motivos específicos dependiendo de la fecha, como un árbol de Navidad cuando se acerca diciembre o un retrato cuando esta próximo en el calendario el día de la madre o del padre. En caso de que estéis faltos de ideas, en Internet existen múltiples ejemplos decorativos en os que inspiraros.

Una vez seleccionados los dibujos que vamos a hacer, el proceso es muy simple: en primer lugar hacemos una especie de boceto con el lápiz y una vez efectuado, lo repasamos con los rotuladores para porcelana. Por supuesto, en función de los colores de dichos rotuladores y de la pericia del dibujante es posible crear composiciones más o menos elaboradas. 


Sin duda la de pintarlas es la opción más sencilla para reciclar vuestras tazas. Pero si tenéis especial maña con las manualidades las opciones se multiplican: las tazas pueden usarse, con un agujero en su base y una mecha, como portavelas;  cortadas a la mitad su asa puede emplearse para colgar llaves en el recibidor de vuestro hogar; si tenéis tacitas pequeñas, de café, podéis pegar algunas en un reloj de pared para darle un toque muy original, mientras que las más grandes, en una opción que me gusta especialmente, pueden ser empleadas como macetas para mini plantas. 

Y aunque en este post os estoy hablando exclusivamente de tazas, las opciones pueden extenderse a muchos otros elementos de la vajilla: si por ejemplo tenéis una sopera o platos a juego con las tazas, podéis darles una vida nueva a todo el conjunto. Incluso es posible decorar con pintura cubiertos de porcelana para aportarles una nueva vida o conseguir, por ejemplo, que dejen de ser monocromáticos para convertirlos en objetos plagados de color que vuestros hijos adoraran. Por mi parte solamente os puedo decir que experimentéis todo lo posible, porque seguro que el resultado merece la pena.

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