jueves, 26 de marzo de 2015

Packaging eco



Como sabéis quienes seguís este blog, soy una fan incondicional de todo lo eco, e intento extender mi cuidado por la naturaleza a todos los aspectos a los que puedo. Hoy quiero hablaros, justamente, de un ámbito en el que también podemos tomar decisiones ecológicamente responsables: el de los embalajes. Empaquetar productos con materiales reciclados o reutilizados es ya una tendencia entre un número cada vez mayor de empresas. Últimamente, el diseño de envases intenta regirse por una conciencia ecológica, de ahí que cada vez mas muchos de ellos respeten al menos un de las tres clásicas R: reciclar, reducir y reutilizar. Dicha tendencia va en relación también con una propia evolución del modelo de consumidor, pues cada vez más gente se muestra dispuesta a renunciar a ciertos aspectos de funcionalidad de un envase si a cambio se mejora el estado del medio ambiente. 

Claro que ser ecológico no va reñido con crear envases llamativos y originales, desde envases monodosis adaptados al consumo inmediato hasta el denominado “packaging sensorial”, que concede, como podréis imaginar, una gran importancia a todo lo relativo a los sentidos y la experiencia directa del cliente con el envase. La revolución de los materiales ha permitido, por ejemplo, que se puedan crear con grandes ratios de calidad envases de componentes compostables, por mencionar solamente un ejemplo impactante. Parece que se puede añadir una cuarta R, la de reinventa, si tenemos en cuenta la gran originalidad de muchas propuestas. 

Para que veáis hasta qué punto la tendencia del packaging eco está consolidada os voy a presentar algunos ejemplos que no son ya ni prototipos ni mucho menos ciencia ficción, sino que ya han sido puestos en el mercado por empresas de todo el mundo. Por ejemplo, una botella de plástico con una base que puede ser usada para beber la bebida que contiene y que, una vez terminada, puede convertirse en maceta. Hasta trae en uno de los laterales las propias semillas que se pueden plantar. Esta genial idea es producto de la diseñadora Yun Sung Hwan. 



Otro ejemplo son los cada vez más frecuentes envases con decoraciones bonitas que pueden ser reutilizados como macetas o lapiceros, dándoles así un nuevo uso y reduciendo las necesidades de consumo. Asimismo, cada vez con mayor frecuencia el diseño apuesta por latas con formas que facilitan su aplastamiento, para hacer también más sencilla su recolección y almacenaje para el reciclado. Por su parte, la Green Box es una caja de pizza con unas marcas de corte en su tapa que permiten convertirla en cuatro platos, de tal modo que se ahorra agua en el fregado de la vajilla y, al tiempo, extiende la vida útil de un tipo de envase que generalmente enviamos a la basura nada más terminar de consumir la pizza que contiene. 

Os presento todos estos ejemplos como prueba de que a nivel corporativo el packaging ecológico ya es una realidad, pero  sobre todo me gustaría animaros a que pongáis en práctica vuestras propias ideas de envases respetuosos con el medio ambiente. Por ejemplo, pintando y dando una nueva vida a tazas de café de plástico o a las típicas cajitas que nos entregan con algunos productos y que inmediatamente desechamos. Con un poco de pintura o de papel pegado pueden conseguirse muy buenos resultados. Además, podrían ser el packaging perfecto para dar un toque de originalidad a cualquier regalo que queráis hacer. En Internet, como siempre, sobran tutoriales en caso de que no os encontréis muy inspirados, pero como siempre la práctica y la imaginación son las mejores herramientas para conseguir buenos resultados. Y por supuesto, con un toque eco que me encanta.

jueves, 19 de marzo de 2015

Fotografía con sabor africano



La fotografía se cuenta entre mis principales aficiones, pues considero que es un arte en toda regla que, además, tiene la virtud de trasladarnos inmediatamente a otras realidades, simplemente para conocerlas o, en algunos casos, incluso para concienciarnos sobre ellas y motivar que intentemos cambiarlas. Hoy quiero hablaros de un proyecto que trabaja la imagen fotográfica en torno a un tema muy concreto, el continente africano. Seguro que si os digo África muchos de vosotros lo asociareis con danzas exóticas o safaris en medio de espectaculares atardeceres. Pero África es mucho más que los tópicos que nos llegan a quienes nunca lo hemos visitado, y ese es justamente el objetivo de African Photography Initiatives, el proyecto documental del que hoy os quiero hablar.

La iniciativa fue fundada en 2007 en Bujumbura, Burundi, por el alemán Jurg Schneider, investigador  en su país sobre temas vinculados a la imagen en África, y la española Rosario Mazuela, con una larga trayectoria en organizaciones al desarrollo en el continente. Con dos perfiles tan diferentes, el punto de unión era su pasión por el rico patrimonio visual africano. Así nació la idea de crear una web consagrada enteramente a la fotografía africana, http://african-photography-initiatives.org/, tan desconocida en nuestro contexto. En ella se reúnen imágenes que van desde os años cincuenta hasta la actualidad. La web no ofrece únicamente un registro visual, sino que también indaga históricamente en los orígenes e historia de las imágenes. Schneider y Mazuela, de hecho, llegaron a visitar numerosos estudiosos en los suburbios de Bujumbura para conocer la historia de las imágenes, y hablaron asimismo con algunos de los fotógrafos que forman parte de la muestra. 



Los principales objetivos de la African Photography Initiatives son proteger los archivos fotográficos de África, como lugares de importancia histórica fundamental para la memoria visual del continente, sensibilizar a autoridades y poblaciones sobre la vulnerabilidad de dichos archivos y subrayar la riqueza de todas esas representaciones visuales que nos hablan de un tiempo, unas circunstancias y unas personas únicas. La digitalización de los fondos también adquiere una gran importancia en el marco de esta iniciativa, como la mejor manera de preservarlos para las generaciones venideras. De hecho, recientemente sus promotores han participado en un proyecto que buscaba digitalizar y conservar parte de los fondos fotográficos de Camerún. 


Aunque son muchas las partes que se incluyen en la web que os he mencionado, y a través de las que podréis conocer más sobre el proyecto o sobre los lugares donde se han expuesto algunas de las imágenes recopiladas, lo verdaderamente fascinante es la posibilidad que ofrece de ver directamente algunas de ellas. Personalmente me ha apasionado la recopilación dedicada a George Goethe, un fotógrafo de Sierra Leona que trabajo desde principios del siglo XX hasta os años setenta. Camerun, el país donde vivió la mayor parte de su vida, fue también su gran sujeto de trabajo. En la web podéis ver una selección de las fotografías que tomo en ese país durante los años treinta y cuarenta, y que tienen un tono documental muy marcado, permitiendo que quienes las ven se aproximen a los paisajes y gentes de toda una época.

Pero la web ofrece también otras instantáneas más actuales, en color, para gustos de aficionados y profesionales de muy diversos tipos. Nos cuentan historias y, lo mejor de todo, nos permiten aproximarnos desde la mirada de los fotógrafos locales a un continente desconocido y a la vez apasionante. Os invito a que os deis un paseo por la web porque estoy segura de que os va a encantar su propuesta y su manera de presentarla.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Nos vamos de festival ecológico



Vuelvo con vosotros para presentaros una nueva propuesta de ocio vinculada a los temas que como sabéis me encantan, la ecología y la vida saludable. Y hoy además añadiendo un elemento más, la música. Porque no todo festival tiene que ser, necesariamente, un dispendio de vasos de plástico y consumismo desenfrenado. El festival BioRitmo, que va a celebrase en Vilanova de Sau, en la provincia de Barcelona, del 27 al 30 de agosto, apuesta justamente por todo lo contrario: la diversión saludable, la conciencia hacia el medio ambiente, las propuestas por el cambio social y la apuesta por la alimentación ecológica. Me gusta esta propuesta porque lejos de reducirse únicamente a los conciertos, que también los hay y muy recomendables, incluye una zona infantil, un espacio para concienciar a los ciudadanos sobre temas de activismo y movimientos sociales a través de ponencias, talleres y presentaciones, cine, zona de acampada, feria de muestras, artesanía, un mercado biológico, espacios para ONGs y terapias alternativas, desde reiki hasta pilates o yoga… En suma, una propuesta de lo más completita y con una clara vinculación con asuntos que nos afectan a todos, que por su gran variedad de actividades resulta interesante para toda la familia y puede adaptarse a un gran número de gustos y preferencias de ocio. Además el festival tiene otro punto positivo que a mí personalmente me encanta: su escenario es el pantano de Sau, un entorno natural de una gran belleza que no puedo por menos que recomendaros.


Para acercarnos un poquito a su historia, os contare que el BioRitmo empezó a celebrarse en el 2013, por lo que es un festival joven que este año se aproxima a su tercera edición. Siempre ha tenido lugar en entornos naturales de gran belleza paisajística, en consonancia con los objetivos que guían su programación. Aunque la de este año todavía no está cerrada, han confirmado ya su asistencia varios grupos de la escena alternativa, que pondrán música a un evento que persigue, ante todo, alertar sobre la destrucción del planeta y abogar por otros modos de hacer las cosas, más respetuosos con la naturaleza que nos rodea. El objetivo es que se trate no únicamente de un mero festival de música, sino de un autentico entorno ecológico y alternativo, con más de cien actividades, charlas, conferencias y proyecciones culturales. En BioRitmo participan desde organizaciones no gubernamentales hasta pequeñas asociaciones, artesanos, promotores de terapias alternativas o, incluso, empresarios de la bioconstruccion y las energías renovables. 

El abono para el festival puede comprarse en la web http://www.festivalbioritmo.org/ por precios a partir de 38 euros. Quienes se den prisa podrán conseguir los mejores precios, pues dependiendo de la fecha en la que se adquieran las entradas, el coste va subiendo.  El acceso está abierto a los niños y las personas que viajen con mascota también podrán introducirla en el recinto, por lo que se trata de un festival totalmente inclusivo. Quienes todavía os lo estéis pensando, sabed que es posible acceder al recinto también en transporte público, tanto en bus como en tren. Toda la información al respecto se encuentra en la web que os acabo de mencionar.

Es cierto que el verano se presenta plagado de acontecimientos en toda España y que a veces resulta difícil encontrar hueco en la agenda para uno más, pero por mi parte os recomiendo que si tenéis unos días libres en agosto, apostéis por esta propuesta que hace de lo sostenible su bandera. No se trata únicamente de pasar un buen rato rodeado de amigos y buena música, que también, sino que con vuestra visita contribuiréis a hacer visible una manera diferente de hacer las cosas.

jueves, 5 de marzo de 2015

Una feria de productos ecológicos y consumo responsable



En línea con el post que os presentaba ayer, sobre los mercados ecológicos, hoy quiero presentaros una feria que también hace de los productos obtenidos naturalmente su bandera. Con la ventaja de que, además, se celebra en varias ciudades españolas a lo largo de todo el año: Barcelona, Valencia, Bilbao y Madrid. Se trata de Biocultura, que está presente en Internet a través de la web http://www.biocultura.org/. Se trata de un encuentro de carácter internacional, de lo más importantes de Europa en el sector. En Madrid en concreto lleva ya treinta ediciones, y se inició cuando todavía el movimiento de la cultura biológica era de lo más incipiente en España. En Biocultura se reúnen profesionales, pero también consumidores. Personalmente a mí me gusta pasarme cuando se celebra en Madrid, pues como sabéis soy una gran amante de lo sostenible y esta es una oportunidad ideal para conocer qué se cuece en el sector. 

Los productos que forman parte de la feria han sido seleccionados de acuerdo con estándares de alta calidad, hasta convertirla en la principal feria biológica de la Península Ibérica, con más de dieciséis mil productos en sus stands. Todos ellos han sido obtenidos con  métodos ecológicos, sin el uso de sustancias químico-sintéticas. Pero la feria va mucho más allá del sector alimenticio, e incluye también bioconstrucciones, productos de higiene y cosmética, energías renovables, muebles y decoración y hasta terapias y  medicinas alternativas. También hay espacio para productos reciclados, turismo rural,  juguetes o artesanía. 




Paralelamente a la actividad comercial, Biocultura ofrece una serie de actividades extra que hacen que este evento pueda ser una buena opción de ocio incluso para personas no interesadas estrictamente en el acto de compra en sí. Una parte muy importante es la informativa: existen diferentes espacios en los que se pretenden dar claves para optar por una vida más sana y respetuosa con el planeta, según las opciones de consumo y los hábitos diarios de cada uno. En Biocultura tienen cabida asuntos muy de moda en la sociedad actual, como la manipulación genética, la calidad del agua, el cambio climático o hasta los intereses económicos de las farmacéuticas. A estas charlas se unen propuestas musicales y de cine o espacios para poner en práctica terapias alternativas. 

La próxima cita de Biocultura va a celebrarse en Barcelona, en el Palau Sant Jordi, del 7 al 10 de mayo. Luego le toca el turno, en octubre, a Bilbao, y a finales de año, al IFEMA de Madrid. Son excelentes oportunidades no solamente para comprar productos frescos y de primera calidad de productores nacionales, que de por sí ya sería una razón suficiente para acercarse, sino porque esta cita nos obliga a replantearnos nuestra propia relación con el medio ambiente, los residuos o qué comemos. No se trata de una simple cuestión superficial, sino que afecta a todo nuestro organismo y hasta a nuestra manera de entender la vida.

Que cada vez más gente se deja llevar por el lado ecológico de la vida queda patente en cada una de las citas de Biocultura, a las que a menudo acuden personas que no están directamente interesadas por los productos ecológicos en sí, sino por el estilo de vida que llevan aparejado, o que no son consumidores habituales de este tipo de productos pero sí se están planteando, por las razones que sean, comenzar a incluirlos en su dieta. Al fin y al cabo la alimentación ecológica es ideal para todos los ciudadanos, independientemente de edades o sexo. Se trata  de consumir alimentos sanos, descontaminados y que, además, siguen los ritmos propios de la Naturaleza.  Así que, apuntad en vuestras agendas las citasde Biocultura en cada ciudad y no dejéis pasar la vuestra.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Mercados ecológicos, una alternativa de consumo



Soy una adicta a los mercados ecológicos, que, por suerte para mí, en Madrid proliferan cada vez más. La tendencia de comprar productos  lo más naturales posibles, alejados de pesticidas y demás productos químicos, llegó tarde a España, pero cada vez se consolida más, no únicamente en las grandes ciudades sino también en otras de tamaño medio. Además, de manera creciente este tipo de establecimientos intentan presentar un aire cálido y confortable y una atención personalizada  para lograr que los clientes puedan no sólo comprar, sino también informarse sobre las propiedades de cada producto o saber cómo se cocinan. Se trata de convertir un acto que de otro modo sería meramente de consumo en toda una experiencia. Hay locales que incluso se benefician del desarrollo digital para complementar los tradicionales lineales con pantallas en las que se puede contemplar el trabajo de los pequeños productores que los abastecen. Y es que ese es otro de los grandes beneficios de los mercados ecológicos, el dar cabida a agricultores que en las grandes cadenas no tienen espacio frente a la producción agrícola de masas, favoreciendo la proximidad, que redunda por tanto en una mayor frescura de lo que se consume. Otros establecimientos preparan talleres o tienen nutricionistas para asesorar a sus clientes. La innovación es una constante. 




En países como Alemania, Francia, Estados Unidos o Rusia los mercados ecológicos son habituales desde hace años, y combinan en un mismo espacio alimentos, cosméticas, flores y hasta restaurantes en los que se cocinan este tipo de productos. En esos países, la duda que asalta a muchos consumidores sobre la posibilidad de comprar productos a la vez saludables y sabrosos ni se plantea. En España, sin embargo, muchas personas son todavía reticentes a cocinar alimentos de los que poco saben, como el tofu, el amaranto o ciertas hortalizas poco comunes. 

Las razones para acabar entrando en un mercado ecológico son muy variadas: desde la pura curiosidad hasta la conciencia ecológica, pasando por motivos más prácticos, como los que guían a quienes tienen problemas de salud y necesitan efectuar cambios radicales en su alimentación. Los mercados ecológicos están vinculados directamente a la filosofía del slow buying o compra lenta, que debe practicarse en espacios agradables y donde el vendedor no sólo pretende que el cliente compre sus productos, sino que también intenta asesorarle y ofrecerle información sobre todo un estilo de vida. 



En Madrid, el primer mercado 100% ecológico abrió el año pasado en el barrio de Chueca, y se hace llamar “El huerto de Lucas”. Se trata de un mercado de abastos asequible, que pretende vender carne, vino, pan o fruta ecológica sin incrementar los precios abusivamente, como sucede por ejemplo en otros mercados gourmet. En el mercado pueden encontrarse café orgánico, té ecológico, especias, zumos ecológicos exprimidos en el momento… El proyecto intenta practicar un comercio justo y eliminar los intermediarios del mundo rural, logrando que los beneficios reviertan directamente en los productores, fundamentalmente locales, de ahí que intenten que los productos procedan, en la medida de lo posible, de agricultores madrileños. Además de espacio para los productos gastronómicos, en El huerto se incluyen productos de belleza, de limpieza para el hogar, masajes…La decoración sigue la misma línea de apostar por lo natural, con plantas decorando el techo y las paredes. Si queréis conocer toda la información y actualizaciones de este original proyecto, lo mejor es que visitéis su web, http://elhuertodelucas.com/. En todo caso, Madrid está lleno de mercados orgánicos. Es suficiente con que os deis un paseo por la red, porque tanto en la capital como en las ciudades del entorno, lo ecológico está cada vez más presente.