miércoles, 4 de marzo de 2015

Mercados ecológicos, una alternativa de consumo



Soy una adicta a los mercados ecológicos, que, por suerte para mí, en Madrid proliferan cada vez más. La tendencia de comprar productos  lo más naturales posibles, alejados de pesticidas y demás productos químicos, llegó tarde a España, pero cada vez se consolida más, no únicamente en las grandes ciudades sino también en otras de tamaño medio. Además, de manera creciente este tipo de establecimientos intentan presentar un aire cálido y confortable y una atención personalizada  para lograr que los clientes puedan no sólo comprar, sino también informarse sobre las propiedades de cada producto o saber cómo se cocinan. Se trata de convertir un acto que de otro modo sería meramente de consumo en toda una experiencia. Hay locales que incluso se benefician del desarrollo digital para complementar los tradicionales lineales con pantallas en las que se puede contemplar el trabajo de los pequeños productores que los abastecen. Y es que ese es otro de los grandes beneficios de los mercados ecológicos, el dar cabida a agricultores que en las grandes cadenas no tienen espacio frente a la producción agrícola de masas, favoreciendo la proximidad, que redunda por tanto en una mayor frescura de lo que se consume. Otros establecimientos preparan talleres o tienen nutricionistas para asesorar a sus clientes. La innovación es una constante. 




En países como Alemania, Francia, Estados Unidos o Rusia los mercados ecológicos son habituales desde hace años, y combinan en un mismo espacio alimentos, cosméticas, flores y hasta restaurantes en los que se cocinan este tipo de productos. En esos países, la duda que asalta a muchos consumidores sobre la posibilidad de comprar productos a la vez saludables y sabrosos ni se plantea. En España, sin embargo, muchas personas son todavía reticentes a cocinar alimentos de los que poco saben, como el tofu, el amaranto o ciertas hortalizas poco comunes. 

Las razones para acabar entrando en un mercado ecológico son muy variadas: desde la pura curiosidad hasta la conciencia ecológica, pasando por motivos más prácticos, como los que guían a quienes tienen problemas de salud y necesitan efectuar cambios radicales en su alimentación. Los mercados ecológicos están vinculados directamente a la filosofía del slow buying o compra lenta, que debe practicarse en espacios agradables y donde el vendedor no sólo pretende que el cliente compre sus productos, sino que también intenta asesorarle y ofrecerle información sobre todo un estilo de vida. 



En Madrid, el primer mercado 100% ecológico abrió el año pasado en el barrio de Chueca, y se hace llamar “El huerto de Lucas”. Se trata de un mercado de abastos asequible, que pretende vender carne, vino, pan o fruta ecológica sin incrementar los precios abusivamente, como sucede por ejemplo en otros mercados gourmet. En el mercado pueden encontrarse café orgánico, té ecológico, especias, zumos ecológicos exprimidos en el momento… El proyecto intenta practicar un comercio justo y eliminar los intermediarios del mundo rural, logrando que los beneficios reviertan directamente en los productores, fundamentalmente locales, de ahí que intenten que los productos procedan, en la medida de lo posible, de agricultores madrileños. Además de espacio para los productos gastronómicos, en El huerto se incluyen productos de belleza, de limpieza para el hogar, masajes…La decoración sigue la misma línea de apostar por lo natural, con plantas decorando el techo y las paredes. Si queréis conocer toda la información y actualizaciones de este original proyecto, lo mejor es que visitéis su web, http://elhuertodelucas.com/. En todo caso, Madrid está lleno de mercados orgánicos. Es suficiente con que os deis un paseo por la red, porque tanto en la capital como en las ciudades del entorno, lo ecológico está cada vez más presente.

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